Generalmente cuando se habla de
profesionales de la voz, todos pensamos en cantantes y nadie duda en afirmar
que el estudio y desarrollo de la voz en este caso son imprescindibles. Al
mismo tiempo, parece que si el término voz nos remite a la voz hablada, esta
necesidad de conocimiento y educación desaparece porque, en definitiva, todos
hablamos.
Cuando hablamos de profesionales de
la voz hablada, nos estamos refiriendo a un colectivo mucho más amplio; a todas
aquellas personas, a las que, para llevar a cabo su trabajo, les es
imprescindible el uso de la voz, es decir, que para trabajar utilizan una voz
profesional.
Fiuza (1996:174) define este término
de la siguiente manera: (...) voz usada y manejada por el profesional en el
desarrollo de sus actividades durante varias horas al día, de tal manera que ha
de responder de modo satisfactorio a las necesidades que presenta el auditorio
en sus diferentes modalidades.
Por este motivo, el docente debe
sentirse y considerarse un profesional de la voz.
Cuando la voz se convierte en una
herramienta de trabajo, como es en este caso, no sólo se produce un uso, sino
que la mayoría de las veces se produce también abuso vocal. Los profesores
utilizan la voz durante muchas horas al día, pero hay un elemento importante a
tener en cuenta: el tipo de voz que necesitan para realizar su trabajo debe
llegar a toda clase y, por lo tanto, ésta debe ser una voz proyectada y no usa
voz coloquial.
Para puntualizar, cuando se hace
referencia a "Voz Proyectada", ello no equivale a gritar o a hablar
fuerte, sino a que la voz llegue a toda el aula de clases independiente de la
intensidad del sonido. Y puede añadirse otro rasgo: debe llegar sin
esfuerzo.Cuando el docente entiende, acepta y asume que es un profesional de la
voz es cuando puede cambiar (si es necesario) su actitud hacia este
instrumento.
[Fuente: GASSULLl, C.. La Voz en los
Docentes. En: BUSTOS, I.. La Voz: La Técnica y la Expresión. España, Ed.
Paidotribo, 2003. pp. 159-181]
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